En el FIA World Motor Sport Council de este miércoles no solo se tomaron decisiones respecto a los calendarios de los diversos campeonatos, sino que además se empezaron a dibujar los trazos técnicos de los cambios que sufrirán los reglamentos de los mismos, destacando sobre el reto las decisiones adoptadas para la Fórmula 1 y el WEC. Resulta curioso y muy sintomático que mientras en el caso de la Fórmula 1 todos los titulares se los está llevando el aumento de ruido de los motores que se espera conseguir para 2016, en el caso del mundial de resistencia lo que la FIA ha tenido que hacer es limitar la potencia máxima de los LMP1 a los 1.000 CV instantáneos, pues la evolución que se estaba llevando a cabo en esos coches empezaba a ser desbordante. Más ruido para la Fórmula 1 Para intentar zanjar el debate del ruido que se instauró en la Fórmula 1 desde la introducción de los motores turbo, la FIA finalmente ha decidido adoptar una medida técnica (¡nada que ver con las trompetas que probó Mercedes esta pretemporada!): todos los monoplazas deberán disponer de una salida adicional de escape. De este modo, cada monoplaza dispondrá de dos salidas de escape, una para los gases del motor, y otra exclusiva para los gases que provienen de la válvula de descarga del turbo. En principio, esta medida no tendrá ninguna implicación en el rendimiento de los motores. Además del ruido de los motores, la FIA ha adoptado otras medidas de menor relevancia para 2016, como especificar los límites de pista durante las diversas sesiones, ligeros matices en las penalizaciones por los cambios de motor y caja de cambios, la prohibición de incorporarse a la parrilla de salida a todo piloto que ocasione
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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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