Después de la tempestad provocada por la crisis de Volkswagen y sus motores diésel manipulados, estamos viviendo una tensa calma en la que se siguen generando noticias; el goteo de información es constante y, en algunos casos, ya están empezando a tomar forma algunas de las especulaciones sobre el futuro de este tipo de mecánicas.
Por un lado, cabe analizar el descenso progresivo que sufrirán los coches equipados con los motores diésel. Los primeros estudios realizados sobre este tema, ya avanzan que, en cinco años, los coches diésel presentarán una caída en las ventas de un 17% (casi cinco millones de vehículos menos). Asimismo, dentro de unos 15 años, la cuota de mercado de este tipo de motorizaciones contemplaría un descenso del 41%. Desde luego, todas son cifras preocupantes, y más si tenemos en cuenta que, actualmente, el 53% de los coches que se venden en Europa son diésel.
Ante tal panorama, por un lado está Volkswagen, que no sólo ha entrado en pérdidas por primera vez en 15 años (se estiman unos números rojos de 1.673 millones en el tercer trimestre del año), sino que también se enfrenta a multitud de reclamaciones legales que podrían suponer millones de euros. Más centrados en España, se ha conocido que, la Audiencia Nacional, ha imputado a la compañía alemana por el escándalo de sus motores trucados.
Las mecánicas diésel perderán protagonismo
Del futuro de los motores diésel ya te hablamos en este artículo, y como bien te adelantamos, su presencia en todos los mercados -al menos en el europeo- se disminuirá significativamente. De hecho, las primeras estimaciones apunta que, en 2030, este tipo de combustible caerá 10 puntos en los coches utilitarios y, en los más pequeños, desaparecerá por completo (valga el ejemplo del Renault Twingo o el Volkswagen UP!). Por tanto, como las normativas anticontaminantes