Si hay una preparación que merece pasar a los anales de la historia, es el RUF CTR, también conocido como “Yellowbird”. RUF quiso dar un puñetazo en la mesa a finales de los años 80, demostrando que sus preparaciones eran tan rápidas y radicales como los mejores superdeportivos de la época. En 1987 RUF creó una de sus obras maestras, el CTR (Grupo C, Turbo RUF). Basado en el Porsche 911 Carrera 3.2, este superdeportivo pronto adquirió un estátus de culto, y fue durante un tiempo el coche de calle más rápido del mundo.
Érase una vez un Porsche 911 a dos turbos pegado
Sólo 29 unidades del RUF CTR fueron construidas artesanalmente a finales de los años 80.
RUF era un preparador que había cimentado su reputación en motorizaciones, y el CTR Yellowbird fue uno de los primeros coches completos construidos por RUF. Basado en un Porsche 911 Carrera 3.2 de carrocería estrecha, la primera modificación sufrida fue la completa preparación de su propulsor. Su cilindrada aumentó hasta los 3,4 litros, y se le instaló el sistema de ignición inicialmente instalado en los Porsche 962 de competición. Se le instalaron nada menos que dos turbocompresores, asociados a dos intercoolers.
Para poder encajar los intercoolers en la bahía trasera del Porsche 911 se hubo de rediseñar el cárter del motor, y el filtro de aceite tuvo que montarse dentro del paragolpes, ahora de poliuretano. El resultado de la preparación fue una potencia final de 469 CV, con un bestial par máximo de 533 Nm. El Porsche 911 más potente de la época era entonces el Turbo, cuyo motor 3.0 turboalimentado desarrollaba 300 CV. Para soportar el incremento de par motor, RUF tuvo que abandonar la caja de cambios de cuatro marchas del Carrera.
Su peso era de sólamente 1.150 kg, un peso pluma que permitía