En Red Bull viven una situación dramática, esta vez la amenaza de salir de la F1 ha estado más cerca que nunca y aun no han confirmado oficialmente que se vayan a quedar, aunque todo parece indicar que estarán en la parrilla de 2016, ya sea porque necesiten estar presentes en este negocio o por la amenaza de Ecclestone de una posible demanda si deshacen el acuerdo que firmaron para estar presentes en la próxima temporada…
Tanto Red Bull como Toro Rosso necesitan una solución rápida a su crisis de motores. Los mandatarios pusieron finales de octubre como fecha límite para conocer algo, además señalaron que tras el GP de Austin tendrían algo. Lo cierto es que octubre ha pasado y el GP de Austin también, pero no se han encontrado soluciones, o al menos no las han comunicado oficialmente. El mismo Horner ha dicho que aun están a tiempo para estar en los test de 2016, pero deben zanjar el asunto sin demorarse mucho más.
Abiteboul y Horner
Adrian Newey está disgustado con esta incertidumbre, ya que el diseño del próximo coche depende del motor que lleven y sin saberlo están a ciegas para comenzar con el desarrollo. Estos retrasos podrían afectar seriamente al rendimiento de Red Bull y Toro Rosso, aunque ya sabemos que son especialistas en desarrollos con un calendario apretado como han demostrado en el pasado y haciendo muy buen trabajo. Sin embargo, esto sería una total ruina en otros equipos.
Como sabes, toda esta pesadilla comienza con las constantes críticas de Red Bull al motor Renault. Los galos no estaban contentos con estas críticas y alegaban que ganaron 4 campeonatos de constructores y cuatro de pilotos junto a ellos, ignorando el trabajo de Reanult y atribuyéndose los méritos a ellos mismos por el diseño del chasis y aerodinámica. Por