Nuestras ciudades están repletas de badenes y resaltos. En algunas ciudades su presencia llega al punto de ser omnipresente, en otras somos algo más afortunados. Estos guardias tumbados pueden provocar averías en nuestro coche si los pasamos demasiado rápido, y sólo habrá un culpable: nosotros. Sí, algunos son demasiado agresivos y otros tienen una altura excesiva, pero tú controlas la forma en la que los pasas. Te contamos qué le puede ocurrir a tu coche y qué averías puedes provocar si pasas con demasiada prisa por encima.
1) En tus neumáticos, bultos y cortes que harán que los tengas que sustituir
Un neumático dañado no se puede reparar: la única solución es cambiarlo, con un coste asociado considerable.
Hay muchos tipos de resaltos, algunos de ellos son suaves, otros muy estrechos, casi comparables a un bordillo tirado en medio de la carretera. Otros están dañados y tienen incluso bordes cortantes. El único elemento de tu coche en contacto constante con el suelo es el neumático. Si pasas muy rápido por encima de uno de estos guardias tumbados, la estructura de tu neumático podría deformarse, de igual manera que al recibir un bordillazo o dejarlo aparcado “pellizcado” con la acera. El estrés mecánico del neumático es máximo.
Pasar un resalto a toda velocidad es comparable a pasar un bordillo a velocidad similar, ¿nunca se te ocurriría hacer lo segundo, verdad? El neumático puede desarrollar bultos e incluso cortes en la banda de rodadura o flancos. Un neumático con bultos o cortes es un neumático cuya integridad ha sido alterada. Es un neumático que podría reventar en el momento menos adecuado. Por ejemplo circulando por autopista a 120 km/h: en una curva pronunciada, podrían hacerte perder el control del coche y tener un accidente grave.
2) Acortarás de forma muy significativa la vida de tus amortiguadores
Una conducción