Que la crisis se está notando en el estado de nuestros coches no es ninguna novedad. España no solo ha asistido a un envejecimiento acelerado del parque automovilístico, sino también a un deterioro paulatino de nuestros coches, fruto de factores como la dejadez (que es endémica), o los recortes que muchas familias tristemente han tenido que llevar a cabo en la partida de mantenimiento de sus vehículos, por la situación económica a la cual se han visto abocados con la crisis. En cualquier caso, merece la pena que recordemos por qué ciertas técnicas de ahorro, a la larga, pueden salir muy caras. Repasando 6 malos hábitos, y las averías derivadas de ellos que podemos provocar en nuestros coches por el mero hecho de buscar el máximo ahorro.
1. El no tan mágico ahorro de usar la marcha más larga.
¿No habíamos quedado en que conducir con marchas largas, y a bajas revoluciones, es beneficioso para ahorrar combustible? Sí, por regla general eso es cierto. El gran problema es que existen casi tantas estrategias, para mantener a un motor en el régimen adecuado para ahorrar combustible, como motores. Y es ahí donde generalizar nos puede llevar a situaciones en las que no solo estaremos llevando al motor de nuestro coche a un rendimiento en el que el consumo no necesariamente va a ser menor, sino que incluso estaremos forzando la mecánica, sometiéndola a esfuerzos innecesarios en su peor zona de trabajo. Conducir un coche a un régimen de revoluciones bajo exige, como mínimo, un conocimiento sobre su rendimiento, y por supuesto cierta anticipación.
Más información: Desmontando mitos, el no tan mágico ahorro de usar la marcha más larga.
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2. Evitar que el motor de nuestro coche alcance un régimen de revoluciones alto.
Estrechamente relacionado con el tema anterior, nos encontramos con