Si todavía hoy no conoces el escándalo de los motores TDI de Volkswagen probablemente no te importe lo que te voy a contar. Pero si vives en París estos días te habrás fijado en una serie de carteles publicitarios en los que se pueden leer cosas como “Sentimos que nos hayan pillado” y el logotipo de Volkswagen en una esquina. Todo tiene una explicación: Brandalism, la cumbre sobre el cambio climático y lo fácil que resulta criticar a las grandes corporaciones.
Brandalism es una organización que se dedica a criticar mediante anuncios publicitarios muy imaginativos algunos escándalos sociales. También medioambientales. Y la cumbre sobre el cambio climático que se está celebrando en París es un nuevo escenario para su lucha. La lucha contra las grandes corporaciones, parece.
Allí se han expuesto nada menos que 600 carteles publicitarios en paradas de autobús donde, mediante dibujos e imágenes manipuladas, se habla de los escándalos que rodean a varios fabricantes. Entre esas marcas está Volkswagen, que además del anterior texto citado, también asegura que “Ahora que nos han pillado intentaremos hacerte pensar que nos preocupamos por el medio ambiente. Pero no somos los únicos”. Vamos, que es una crítica a Volkswagen y a todo aquél que se acabe demostrando que falsea emisiones. Y así se matan unos cuántos pájaros de un tiro.
El caso es que la cumbre sobre el cambio climático de París; curioso nombre, puesto que tiene tanto sentido como decir cumbre sobre el cambio del canto del mirlo; se ha convertido ahora en escenario donde fabricantes como Volkswagen, Mobil, Shell y hasta Ikea han visto sus nombres manchados. Si me apuras, hasta la BBC o el periódico The Sun se han visto salpicados.
De acuerdo estamos en que muchas de las empresas mencionadas han roto por completo su pacto con la sociedad, un pacto