¿Te imaginas conducir un coche con los brazos cruzados, sin manos, dejando que tu mente se encargue de controlarlo? Aunque la idea parezca poco menos que ciencia ficción, unos investigadores chinos ya han conseguido crear un coche, basado en un SUV de Great Wall Motors, que puede desplazarse gracias a las indicaciones que piensa su conductor, sin necesidad de tocar el acelerador, o el freno. De momento estamos ante una aplicación muy sencilla, y poco práctica, de la tecnología. Este SUV solo puede desplazarse en línea recta y es tan solo un prototipo, que evidentemente no va a comercializarse. Aún así, ¿por qué es tan importante el desarrollo de esta tecnología?
El equipo de investigadores encargado de su desarrollo en la Nankai University, al norte de Tianjin, cree que la tecnología para controlar un coche con la mente estará ligada inexorablemente al coche autónomo. De momento este coche es capaz de acelerar, frenar, dar marcha atrás, abrir y cerrar sus puertas, sin necesidad de realizar ningún gesto con las manos o los pies.
La tecnología de reconocimiento de impulsos mentales estará ligada necesariamente al coche autónomo, y plantea un escenario realmente beneficioso para prestar servicio a usuarios con problemas de movilidad, y a mejorar su calidad de vida proporcionándoles el alto grado de independencia que siempre ofrece el coche.
El control del vehículo se basa en un sistema de 16 sensores de encefalografía, que registran la actividad bioeléctrica cerebral, para traducir nuestros pensamientos en acciones sobre el control del vehículo. Estas señales son enviadas de forma inalámbrica desde la diadema que el usuario montaría en su cabeza, hasta el propio coche. Lo interesante no estaría únicamente en el hecho de que permita manipular un coche sin utilizar las manos, ni los pies, sino también en el hecho de que este sistema sea capaz