¿Por qué tu flamante berlina de lujo no es capaz de conducir “sola”, sin que pongas las manos en el volante, en autopista? ¿Por qué Tesla sí puede hacerlo? ¿Acaso marcas como Mercedes-Benz, Audi, BMW, Jaguar, etcétera, no pueden ofrecer esta tecnología en productos que a menudo se acercan (o incluso superan) los 100.000€? Si lo pensamos detenidamente, un Tesla Model S no emplea necesariamente una tecnología mucho más avanzada que la que podamos encontrar en otras berlinas de lujo modernas (esencialmente hablamos de un control de la dirección y los pedales, y una serie de sensores para controlar la presencia de otros coches, y las líneas de la carretera). Dicho lo cual, ¿por qué tanto entusiasmo con Autopilot? ¿Estamos ante la jugada más arriesgada de Elon Musk? ¿Por qué desde otras marcas se está temiendo que Tesla haya ido demasiado lejos, lanzando esta tecnología antes de que la sociedad estuviera preparada para ello?
“El piloto automático de Tesla intentó matarme” Antes de usar Autopilot, mejor leer las instrucciones de uso…
Mashable publica estos días un artículo en el que citan una frase de Stephen Boulter, Project Manager del Jaguar XF, hablando acerca de Autopilot y el gran temor que ha despertado entre muchos ingenieros: “si sucede algo (con Autopilot), podría provocar que la tecnología se retrase una década”. Boulter opina que el hecho de que el uso de Autopilot – dios no lo quiera – acabe en una tragedia podría provocar que la implantación del coche autónomo se retrase una década más. Y – sinceramente – no creemos que sus palabras escondan envidia de Tesla Motors, ni mucho menos, sino preocupaciones habituales en fabricantes conscientes de que un movimiento en falso puede suponer un golpe, prácticamente irreparable, para su credibilidad como marca.
Y nos consta que por la cabeza del propio Elon