El Honda NSX llegará pronto a los concesionarios, y en EE.UU. las entregas de su homólogo en versión Acura son casi inminentes. El coche más potente jamás producido por Honda y el sucesor de aquél Ferrari japonés de los 90 ya ha pasado por las manos de varios probadores. Los chicos de Motor Trend han podido exprimirlo a fondo en el circuito de Sonoma Raceway en Estados Unidos y han llegado a una serie de conclusiones un tanto agridulces, y no demasiado positivas para uno de los híbridos más tecnológicos del momento.
El probador critica fundamentalmente la excesiva presencia de la electrónica en el comportamiento del coche.
Como bien sabéis, los 581 CV del Honda NSX se consiguen gracias a un 3.5 V6 con doble turbo y 500 CV de potencia, acompañado de tres motores eléctricos: uno entre el V6 y la caja de cambios de doble embrague y 9 relaciones, los otros dos en cada una de las ruedas delanteras. La presencia de motores eléctricos anula completamente el retardo en la entrada de los turbocompresores y convierte su respuesta en completamente lineal. El probador no tiene quejas acerca del rendimiento del tren híbrido, pero no termina de estar convencido.
Los motores eléctricos delanteros son capaces de enviar potencia de forma inteligente a cada una de las ruedas delanteras, eliminando el subviraje, pero con el efecto colateral de tener una dirección con muy poco feeback. El pedal de freno tiene un tacto artificial según el probador de Motor Trend, y también tiene críticas de corte más subjetivo para el diseño, del que sí alaba la buena visibilidad desde el interior. Honda quiso producir un superdeportivo utilizable todos los días con el NSX.
Y el probador dice que ese es su “Talón de Aquiles”. Es un coche tan gobernado por la electrónica que pierde toda