El año pasado los trabajadores de Porsche recibieron un bonus de casi 10.000 euros por haber cerrado uno de los mejores años de la historia de la compañía. Desconocemos el bonus de este año, pero sabemos que los trabajadores de Zuffenhausen han voluntariamente accedido a renunciar a parte de su sueldo para garantizar que la primera berlina eléctrica de Porsche se produzca en Stuttgart. ¿Por qué? Otras fábricas de Porsche competían por ser la instalación productiva de un coche que marcará un antes y un después en la marca.
El Porsche Mission E Concept ha sido sin duda el prototipo más importante presentado en el pasado IAA de Frankfurt.
Concretamente, la fábrica de Leipzig de Porsche – donde se fabrican los Cayenne – era la que más intensamente competía con la instalación histórica de Zuffenhausen por la producción del Mission E. Sus costes salariales eran inferiores, como también lo eran en la tercera instalación productiva de Porsche: una fábrica perteneciente al Grupo Volkswagen situada en Osnabrück, donde se fabrican los Cayman y Boxster. Para vencer esta competencia interna, los de Zuffenhausen aumentarán su jornada laboral de 34 a 35 horas semanales.
Además, también renunciarán a parte de los incrementos salariales planificados para el periodo 2016-2025, en una cuantía desconocida y que Porsche tampoco ha comunicado. Este tipo de negociaciones no son extrañas en el sector del automóvil: en Martorell los trabajadores también renunciaron a mejoras salariales para traer a Barcelona la producción del Audi Q3. El Porsche Mission E será el primer modelo eléctrico de Porsche en más de 115 años, una berlina de 600 CV de potencia con nada menos que 500 kilómetros de autonomía.
Literalmente, Porsche se pone las pilas para ofrecer a Tesla una dura competencia en su propio sector. Sus trabajadores se lo están tomando muy en serio al