No sé por donde empezar. La preparación de SpeedKore Performance es tan impresionante en tantos aspectos que me siento abrumado, sólo me apetece rendirle un tremendo homenaje y respeto. Todo empezó con un Dodge Charger de principios de los años 70, un muscle car que han convertido en una máquina desquiciada, que sólo piensa en devorar superdeportivos. Y lo hace con la ayuda de una carrocería completamente construida en fibra de carbono y un gigantesco motor Mercury Racing, un V8 para barcos de competición con 1.650 CV.
Este preparador de Wisconsin produjo un bestial Plymouth Barracuda para Furious 7, que palidece en comparación.
Entiendo que sigues leyendo, a no ser que hayas tenido que ir corriendo a por un babero. Porque es un coche con el que babear sin parar. Construido a mano en Wisconsin, lo primero que SpeedKore Performance hizo fue destripar y reforzar el chasis de un Dodge Charger del año 1970. A continuación, reforzaron el chasis e instalaron un nuevo grupo motopropulsor. En lugar del típico V8 HEMI o LS de General Motors, acudieron a… Mercury. Un fabricante de motores marinos, que produce enormes V8 para barcos de competición.
Mercury les hizo entrega de uno de sus enormes V8 de 9,2 litros de competición, que sobrealimentaron mediante dos turbocompresores y adaptaron a un uso en tierra firme. El resultado son 1.650 CV de potencia, que pasan sin filtros a un eje trasero con autoblocante mediante una caja de cambios manual de seis relaciones, una Tremec muy reforzada. Para instalar este motor y transmisión tuvieron que rediseñar de forma artesanal gran parte del chasis, y para evitar un excesivo engorde, decidieron aligerar el resto del coche.
No sabemos sus prestaciones o peso, pero con 1.650 CV y más de 1.500 Nm de par motor nos podemos hacer una idea.
Aunque veais el