¿Qué ha conseguido que Audi, BMW y Mercedes-Benz – o mejor dicho, su matriz Daimler AG – se unan en una empresa común? Ni más ni menos que la cartografía, con un acuerdo que finalmente formaliza la adquisición, a tres bandas, y con una participación equitativa, del negocio de mapas y localización de Nokia, de los servicios HERE. Un movimiento que nos recuerda la batalla, a modo de carrera armamentística, que se está librando en los departamentos de investigación y desarrollo de los fabricantes para afrontar la nueva era del automóvil, en la que el geoposicionamiento, y la cartografía, dejará de ser un mero gadget para convertirse en el corazón de nuestros coches. ¿Por qué es tan importante esta decisión? ¿Por qué han optado Audi AG, BMW Group y Daimler AG por culminar esta adquisición?
En la era del coche conectado, y en los albores de una nueva tecnología, el coche autónomo, la cartografía se ha convertido en uno de los bienes estratégicos más importantes para los fabricantes.
La cartografía se ha convertido en uno de los bienes estratégicos más importantes para un fabricante de automóviles, casi tanto como el control del petróleo, del que aún sigue dependiendo el grueso de los motores utilizados en la industria; o las denominadas tierras raras, imprescindibles para el desarrollo de eléctricos e híbridos.
El trío alemán identificó un riesgo, nada desdeñable, en el hecho de que su principal proveedor cartográfico, HERE de Nokia, pudiera perder su independencia debido a los problemas económicos que atravesaba la compañía que otrora fuera líder mundial de la telefonía móvil.
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Mercedes-Benz ya ha propuesto nuevos acuerdos a BMW y Audi para controlar otro bien estratégico de vital importancia en los próximos años y décadas, el de las baterías.
La nueva generación de automóviles requerirá un nivel de detalle,