Probamos el Opel Corsa, un auténtico Top 10 en ventas (parte 2)

Volvemos al ataque con la prueba del Opel Corsa. Después de ver con detalle el interior en la primera parte de la prueba, vamos a dar un repaso general a la parte mecánica para terminar con la prueba dinámica. El propulsor de la unidad probada es un 1.3 CDTI de 95 CV con sistema de parada y arranque automático para arañar un poco más en el consumo. Se combina con un cambio manual de seis velocidades para conseguir unas prestaciones dignas y unos consumos muy reducidos, al menos en la homologación. Con cuatro metros de largo su batalla llega hasta los 2,51 metros, esto propicia un mayor aprovechamiento del espacio interior y también le da más estabilidad en carretera a costa de reducir su agilidad y maniobrabilidad. El peso es la asignatura pendiente de Opel que parece aprobar con el nuevo Astra, pero el Corsa todavía no se ha puesto a dieta y esta versión arroja unos buenos 1.259 kilos de peso. De serie equipa llantas de 16 pulgadas y neumáticos de 195 de ancho, pero nuestra unidad busca una estética más atractiva con llantas de 17 pulgadas y neumáticos de 215/45. Tras esas llantas se pueden ver unos discos ventilados en el eje delantero y macizos en el trasero. El esquema de suspensión es McPherson delante y ruedas tiradas detrás. Un motor para consumir poco 1.248 cc, inyección directa de gasoil por common-rail, cuatro válvulas por cilindro, doble árbol de levas, turbo de geometría variable y un intercooler para refrescar su respiración. Nada nuevo bajo el sol con este CDTI que desarrolla 95 CV a 4.000 rpm y un par motor máximo de 210 Nm entre 1.750 y 2.500 vueltas. Acelera de 0 a 100 en 12,3 segundos y alcanza una velocidad máxima

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