En la prueba de hoy nos ponemos al volante del Mercedes GLA 220 CDI 4MATIC, el SUV pequeño de la marca alemana. Cuando hablamos de los Sport Utility Vehicles (SUV), sin duda nos referimos a un sector en auge, que copa un gran porcentaje del mercado y en el que la mayoría de marcas apuestan con todo. Vehículos con aspecto de todoterreno pero más enfocados a la conducción sobre el asfalto y, en este caso, con una carrocería de tamaño compacto.
En este contexto se encuadra el Mercedes GLA, un crossover compacto que deriva directamente del Mercedes Clase A, tomando su plataforma y modificándola para añadir ciertas cualidades off-road. El Clase A supuso una revolución en la marca de la estrella y a este compacto de cinco puertas se sumaron el Mercedes CLA, con carrocería coupé de cuatro puertas, y cierra esta lista el versátil GLA. Todos estos modelos con la A en su nombre son conducidos por un gran porcentaje de propietarios que son nuevos para la marca.
Además hablamos de su versatilidad, porque el cliente que opte por esta variante se llevará un vehículo ‘para todo’. Este SUV será utilizado a diario más como un compacto o un monovolumen, que como un todoterreno puro. Sin embargo, se mantendrá esta opción de salir de vez en cuando fuera del asfalto. Estas características las comparte con sus competidores, entre los cuales destacan el Audi Q3 y el BMW X1, que tuvimos la ocasión de probar hace poco.
Robustez y músculo
Pero como decíamos, el usuario medio no lo escogerá por esa opción y uno de los argumentos que más peso tendrá será el apartado estético. Y es que el Mercedes GLA entra por la vista. Mercedes hace unos años podía pecar de ‘aburrida’, pero hace unos años modernizó su diseño, dejando atrás ese clasicismo.