Recientemente en ActualidadMotor hemos tenido la ocasión de probar dos de las novedades más importantes del mercado. Ambas corresponden a la marca Audi. La primera de esas novedades en pasar por nuestras manos fue el Audi A4 2016, una berlina de segmento C que viene para seguir siendo líder entre las berlinas premium y que, desde luego, nos lo demostró con argumentos. La segunda novedad es el Audi Q7 de segunda generación, una nueva iteración del SUV de los cuatro aros, el que hoy conoceremos.
El Audi Q7 ya se comercializa en nuestro país, pero hasta ahora no habíamos tenido ocasión de ponernos al volante. El SUV alemán viene más cargado de tecnología que nunca, con la intención de convertirse en uno de los modelos más destacados de su segmento. Es ligeramente más compacto y hasta 325 kilos más ligero que su antecesor. Su estética deja de lado las formas redondeadas para adoptar trazos más rectilíneos que lo asemejan a los últimos modelos de Audi aunque le hacen perder parte de su esencia, la de ese coche de apariencia gigantesca en la carretera.
Un interior muy cuidado
Acceder al interior del Audi Q7 no resulta complicado. Pese a que los asientos están colocados en una posición elevada, que luego nos facilita la circulación, el suelo del habitáculo en las plazas delanteras está prácticamente a ras del umbral de puerta, haciendo que el acceso sea mucho más cómodo, ya que no exige levantar tanto la pierna. Una vez acomodados, nos encontramos arropados por una consola central elevada donde se aglutinan varios mandos de control del vehículo.
Todo queda a mano del conductor y lo cierto es que resulta intuitivo una vez ubicamos todos los botones y sus funciones. Los asientos de la unidad que probamos cuentan con ajuste eléctrico para todo, permitiendo incluso cerrar los