El nuevo Volvo S90 ha sido presentado al mundo hace apenas unos días. Apenas unas horas después descubríamos que Volvo pretende revolucionar el propulsor turbodiésel con una tecnología llamada PowerPulse, de la que mi compañero David os ha hablado ya. Rebuscando en el material oficial suministrado por Volvo nos encontramos con los datos técnicos y prestacionales de las diferentes motorizaciones con las que se pondrá a la venta. Arrancamos en 190 CV, y no nos detendremos hasta llegar a los 407 CV de la versión T8 Twin-Engine.
El peso de la versión más ligera del Volvo S90 es de 1.800 kg. El coche mide 4,96 metros de largo.
La gama de motores arranca con la versión D4. Monta un 2.0 turbodiésel Drive-E de cuatro cilindros. Un propulsor con turbo de dos fases que desarrolla 190 CV a 4.250 rpm y un par máximo de 400 Nm entre las 1.750 rpm y las 2.500 rpm. Este motor sólo se asocia a una caja de cambios manual de seis relaciones, propulsando las ruedas delanteras. Su consumo medio homologado es de 4,1 l/100 km, con unas emisiones de dióxido de carbono de 109 g/km. Esta combinación mecánica hace el 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, con una velocidad punta cifrada en 230 km/h.
Tras el D4, tenemos el D5, sólo disponible con una caja de cambios automática de ocho relaciones y tracción total. Es el motor que equipa la tecnología PowerPulse, un depósito de aire comprimido que elimina virtualmente el lag de los motores turboalimentados y reduce los consumos medios. Este propulsor desarrolla 235 CV a 4.000 rpm con un enorme par motor de 480 Nm entre las 1.750 rpm y las 2.250 rpm. Acelera de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos, con un consumo medio homologado de 5,1 l/100 km. Sus emisiones de