Hace tiempo que se habla del cockpit cerrado para proteger una de las partes más vulnerables del piloto, su cabeza. Aunque tengan casco y una estructura antivuelco en el airbox para que si el monoplaza queda boca abajo, la cabeza del piloto no toque el suelo o quede oprimida. Esta estructura suele ser de titanio y algunos equipos jugaron con su forma para ganar en aerodinámica, algo que produjo el rechazo de la FIA y terminó prohibiéndose, puesto que parecían cuchillas y en caso de vuelco sobre una superficie blanda (grava, tierra…), se podían clavar y no cumplir su cometido.
Se han realizado muchos bocetos por parte de la FIA y se ha discutido mucho copiar algo similar a lo que ya hay en otras categorías como LeMans. Se trataría de una estructura similar a la de los cazas de combate para proteger la cabeza del piloto en caso de golpes. Ahora nuevamente se ha despertado el debate por accidentes trágicos como el de María o Jules (también el de Justin Wilson). Estos accidentes se podrían haber evitado, también el de Felipe Massa cuando impactó en su casco un muelle desprendido del coche de su compatriota Rubens.
Pues bien, esto que parecía de la F1 del futuro puede llegar de manera inminente, mucho antes del o que se piensa. De hecho podría llegar el próximo año 2017. Algunos equipos como Mercedes ya hicieron sus propios diseños que hemos visto, y al interés de la FIA se le une ahora la aprobación de la Asociación de Pilotos. Mañana podría aceptarse la propuesta de forma definitiva para que en 2017 podamos ver monoplazas con este tipo de cockpits cerrados.
Alex Wurz, el presidente de la GPDA parece decidido y el boceto del halo protector de Mercedes, que no sería totalmente cerrado, podría ser el que