La historia tiene un valor infinito. No es saber citar los reyes católicos, o la fecha en la que Colón pisó tierras del continente americano, o el origen del Renacimiento, la historia es saber de donde venimos. Y es que resulta tan importante saber a donde vamos, como de donde venimos, seguramente porque si no recuerdas de donde vienes, no llegaras a donde quieres. Conocer el nacimiento del automóvil, este medio de transporte que nos apasiona, es de la misma manera fundamental para valorar la actualidad de esta industria. Un vehículo que hace hoy exactamente 130 años, comenzó una aventura de la mano de Karl Benz que revolucionaría el mundo y de la cual surgiría una de las marcas más prestigiosas, Mercedes-Benz.
El automóvil consiguió no solo marcar un antes y un después en la forma de desplazarse tal y como se conocía, sino hacer al hombre subir un peldaño más. Junto a él la penicilina, la imprenta, la bombilla, Internet,… inventos que no solo consiguieron evolucionar la medicina, las comunicaciones o los medios de iluminación, sino mejorar la vida de las personas. Atentos a este breve repaso con el que celebramos el invento del automóvil, una patente que desde 2011 forma parte del Programa Memoria del Mundo acompañando a otros documentos destacados de la historia.
El origen
Karl Benz, que por aquel entonces era ingeniero de Mannheim, terminaba su proyecto en 1885. Se trataba de un vehículo a motor que se inspiraba en un carruaje aunque poco tenía que ver con éstos. Sobre su chasis, que había sido especialmente diseñado, descansaba un motor de cuatro tiempo de alta velocidad con un cilindro en posición horizontal. En total, este pequeño motor declaraba unos 954 centímetros cúbicos y unas 400 rpm que daban como resultado 0,55 kW o lo que es lo mismo 0,75 caballos de potencia.
En ese momento Benz