Red Bull amenazaba con irse de la F1 por la crisis de motores, pero finalmente han recuperado su acuerdo con Renault para que les suministre motores a los que renombrarán TAG Heurer (no se trata de un motor Renault de 2015, como en Toro Rosso ocurre con Ferrari, sino una evolución) para cortar con los “lazos” que unieron a estas dos firmas en el pasado, aunque ahora insinúen que podría a volver a retomar la relación tan deteriorada por la falta de rendimiento y fiabilidad del motor galo y los constantes ataques del equipo hacia la marca del rombo.
Ahora todo está relajado y Red Bull ya tiene rodando en Barcelona su RB12. Un coche para un año de transición, en el cual ya han previsto un difícil inicio de temporada y una recuperación a mitad del campeonato, siendo muy posible que el hermano pequeño, Toro Rosso, los supere en las primeras carreras. Aunque habrá que evaluar primero como ha mejorado el motor Renault y la aerodinámica de Red Bull para asegurar estas palabras. Como bien han asegurado, su diseño se ha retrasado mucho y han tenido que trabajar muy duro durante el invierno, llevando incluso cuatro diseños en paralelo, uno para un posible motor Honda, otro para Ferrari y otro para Mercedes, además del Renault ante la duda.
Horner asegura que es un año en el que deben agachar la cabeza y desarrollar el coche bien, y con un poco de suerte, tener algo de rendimiento con la unidad de potencia. El objetivo marcado es partir desde la situación del pasado año y ganar algo de ventaja para acercarse a sus más inmediatos competidores e incluso ganar alguna carrera aprovechando errores de los demás. Sin grandes cambios normativos tampoco hay grandes áreas que explotar, por tanto sigue un diseño continuista donde