La compañía Bentley, como ocurre con Rolls-Royce, ha estado ligada siempre a la alta gama y la elegancia inglesa. Desde el nacimiento de su primer automóvil, y pese a la compra por el Grupo Volkswagen, la marca se ha mantenido fiel a esta filosofía, ofreciendo a sus clientes el refinado lujo que viene impreso en sus modelos desde varias décadas. Este motivo quizás les haya llevado, además de la obviedad de que comprar un Bentley no es como comprar un Polo, ha tener una clientela con una media de edad alta. Un cifra que quieren bajar con la llegada de nuevos modelos que buscarán atraer a un público más joven.
Además del recién presentado Bentley Bentayga, el nuevo SUV de la compañía británica, la marca pretende lanzar al mercado un deportivo en unos años. Sería este modelo uno de los atractivos principales que utilizaría la marca para atraer a clientes más jóvenes de alto poder adquisitivo con una imagen más juvenil que la del Continental. De la misma manera la evolución de productos de la firma empezará a mirar más de lo que lo hacía a este tipo de cliente, intentado, como decimos, romper esa media con compradores de unos 30 años en adelante.
El mismo director de diseño de la marca, Stefan Sielaff, ha aclarado a Autocar que no tienen ninguna intención de dañar la herencia de compañía o llegar a destruirla con este nuevo enfoque que pretenden, sino que simplemente buscan evolucionar y dar pasos hacia delante. Sielaff continuaba diciendo que el equipo de diseño que posee la firma cuenta con trabajadores de más de 20 nacionales, lo que facilita llegar al gusto del cliente.
Stefan Sielaff declaró también que pese a que la producción se elevará de manera notable con la llegada del Bentayga seguirán realizando trabajos de forma artesanal. Igualmente señaló su postura en