La cuarta generación del nuevo Kia Sportage llega al mercado con un nuevo y atractivo diseño interior y exterior, un conjunto de avanzados dispositivos con tecnología de vanguardia y una calidad aún mayor. Nosotros probamos la versión más potente de gasolina de tracción delantera, que resulta muy recomendable por su nivel de prestaciones y agrado de conducción.
Aunque Kia ha querido mantener las líneas maestras de la anterior generación, el nuevo Sportage ha cambiado mucho, y lo ha hecho para mejorar. Ahora es un coche con un gran atractivo y con un mayor empaque.
Su habitáculo gana en calidad
Pero esa sensación de ‘mejor coche’ no se queda sólo en una fotografía, la ganancia en presencia y calidad es real, y también se traslada al interior. Y es que, el nuevo Sportage, ha dado un salto de calidad notable respecto a su predecesor. Ahora, el interior presenta mejores materiales y unos ajustes mucho mejores que le permiten colocarse en lo más alto de su segmento.
El diseño lateral del salpicadero lo divide claramente en dos zonas: monitorización y control. La zona de monitorización está centrada exclusivamente en proporcionar la información a los ocupantes de la forma más clara posible, a través de la instrumentación para el conductor y el interfaz HMI (human-machine interface), con una pantalla opcional de 7,0 ó 8,0 pulgadas en el centro del salpicadero.
Bajo una clara línea que recorre a lo ancho el salpicadero está la zona de control, con una consola central que se extiende hacia abajo y está orientada 7,2 grados hacia el conductor. Con muchas funciones ahora localizadas en la pantalla táctil del sistema opcional de infotainment y navegación, este salpicadero de limpio diseño ofrece a los conductores una disposición muy ergonómica, con las funciones en la zona de control diseñadas para ser claramente visibles en marcha.
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