Con la llegada del nuevo Karl, Opel completa su gama de utilitarios. En este caso, encontramos un coche muy razonable, económico y satisfactorio. Equipado con un pequeño motor de gasolina, el urbanita alemán está disponible desde 9.000 euros (ver precios).
Pese a que mide 3,68 metros de largo, Opel ha sido capaz de aprovechar al máximo cada milímetro de espacio para ofrecer un habitáculo homologado para cinco ocupantes y un maletero más que aceptable.
El asiento del conductor y la columna de dirección son ajustables en altura y, en el asiento posterior, hay dos anclajes ISOFIX para sillitas de niños. El respaldo del asiento trasero (que se puede plegar en secciones 40:60 (de serie) permite un amplio espacio de carga: con los asientos traseros plegados, el KARL ofrece un volumen de carga de hasta 1.013 litros cargado hasta el techo.
La posición al volante es muy confortable, gracias, en gran medida, a unos asientos que sorprenden por su calidad de fabricación y un tapizado mejor que el de muchos coches de precio muy superior. Los traseros, no son tan envolventes, pero también ofrecen un muy buen nivel de confort. Por espacio, estamos ante el mejor modelo de su tamaño, sobre todo, al espacio disponible que hay para las piernas.
La conducción también es muy buena. No sólo es un coche ágil y estable, sino que también se maneja con ligereza y poco esfuerzo. En gran medida se nota lo ligero que es -939 kg-, y también la suavidad que ofrecen sus elementos mecánicos –dirección y cambio-. Gracias a todo ello, es un coche que no cansa al conducirlo durante mucho tiempo. Además, se aparca en cualquier sitio, gracias a su formato reducido y a su generoso radio de giro.
Otro de los puntos por los que sorprende el pequeño Karl, es por su fenomenal pisada