Si hay un segmento del automóvil donde cada vez más fabricantes están entrando y donde cada vez hay más competencia, ese es el segmento B-SUV, los pequeños todocamino. Esta competencia invita a los fabricantes a buscar un camino propio, un criterio distinto al resto. Los japoneses, si descartamos el afamado Nissan Juke, están entrando con ganas en este mercado, y el nuevo Honda HR-V es uno de los modelos que lo atacan de lleno. Lo ponemos a prueba.
El pequeño SUV de Honda llega con una intención clara, convertirse en el bastión de la gama en lugares como España. Puede que incluso por encima del Civic. De momento tiene una gama reducida, pero juega con el argumento de la habitabilidad, la calidad y el bajo consumo. Lo probamos con el único motor diésel disponible, el 1.6 i-DTEC de 120 caballos y cambio manual.
Aire fresco
En el segmento B-SUV no se puede decir que no haya apuestas arriesgadas. Precisamente uno de sus creadores tiene la respuesta, el Nissan Juke. Honda ha llegado para poner algo de cordura, pero siempre con detalles que lo acercan a lo que Honda considera su sello característico. De entre los SUV de su segmento no es precisamente de los más pequeños. Mide 4,29 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,60 metros de alto.
Uno de sus impactos visuales es el frontal, con una parrilla en negro brillante que se funde con los faros. Da un resultado tan sencillo como atrevido, y sorprende que no encontramos grandes tomas de aire en toda la parte frontal. Tampoco hay cromados de más, pero sí una iluminación LED para luz diurna y luces cortas. Las largas son halógenas. Es bastante imponente por tamaño. En realidad le ocurre un poco como a su hermano mayor, el CR-V, que queda a medio camino