Hubo un tiempo en que para vender coches funcionaban reclamos como recordar a tus clientes que una marca como Porsche había trabajado en el diseño del motor de tu coche. Mucho han cambiado las cosas. Tanto han cambiado que hoy en día resulta más efectivo asociar a tu marca a una empresa tecnológica, y obsequiar a tus clientes un teléfono móvil Samsung, bajo un nuevo reclamo, el de estar “siempre conectados”. La idea de adquirir un coche por el hecho de que incorpore un teléfono móvil a muchos nos podría resultar absurda. Como escoger una habitación de hotel porque te gusta el color de sus toallas, o un restaurante por el diseño molón de sus vasos. Pero la clave del SEAT Ibiza Connect que hemos estado probando estos días es precisamente esa, la de haber conectado – como irónicamente recuerda su nombre – con lo que buscan los clientes más jóvenes.
Las nuevas generaciones difícilmente entenderían un coche sin Bluetooth, o en el que no pudieran escuchar su música desde el móvil, o un pendrive.
La clave del éxito ya no está en presumir de tus motores, tu tecnología, o tus éxitos en competición. ¿Cuántos vemos un SEAT Córdoba por la calle y nos acordamos del WRC, y de pilotos como Auriol o Rovanpera? Seguro que pocos. Hoy en día hay elementos de equipamiento de los que un joven no podría prescindir, y que más allá de potencia, ingeniería, o legado de marca, van a acabar de una forma u otra condicionando su compra. Las nuevas generaciones difícilmente entenderían un coche sin Bluetooth, o en el que no pudieran escuchar su música desde el móvil, o un pendrive.
Quizás esa sea la razón que explique que SEAT haya querido llevar al extremo esta idea ofreciéndonos un SEAT Ibiza Connect, con una filosofía