Seguro que más de una vez os habéis preguntado qué hace la policía con los coches que decomisa en las detenciones a narcotraficantes. Y es que es imposible no hacerse esa pregunta viendo en las noticias el tipo de coches que normalmente enfocan las cámaras, vehículos de lujo con los que todos los amantes de este mundo soñamos. Estas incautaciones pasan a ser propiedad del gobierno hasta la celebración de una subasta en las que buscarán nuevo dueño. La siguiente pregunta obligada es… ¿a qué precio?
Ferrari, Lamborhini, Mercedes… el gusto de los que están fuera de la ley, no es nada malo. En la detención de 2014 a uno de los “narcos” más famosos del planeta, el “Chapo” Guzmán, se confiscaron más de 40 vehículos de lujo. Mercedes SLR McLaren, C63 AMG, SLS AMG, Nissan GT-R, Dodge Charger, Jeep Grand Cherokee… la lista era interminable. En nuestro país, como os decíamos, tras pasar por el depósito los coches incautados son subastados. Una licitación que arranca en precios mucho más bajos que los habituales. ¿Hay truco? ¿Cuál es la verdad de todo esto?
A finales del pasado año se anunciaba la subasta de veinte coches incautados a narcotraficantes. Hasta aquí, todo podía parecer normal, pero no. Los modelos anunciados en algunos casos se ofertaban por cuatro veces menos de lo que cuestan en el mercado. De este modo podíamos ver un BMW M5 de 2006 por poco más de 20.000 euros o un Porsche Cayenne de 2004 por unos 7.500 euros que, en segunda convocatoria, no superaba los 4.500 euros. Todo un sueño para cualquier amante de los coches.
Aunque antes de tirar cohetes, hay que pensarlo y analizar el vehículo detenidamente. En este caso no estamos ante una compra de segunda mano en la que hablamos con el dueño y éste nos asegura que ha