Imagínate por un momento un deportivo capaz de entregar 1.044 CV de potencia. Para ello hemos de pensar en un despliegue de motores eléctricos en los ejes delantero y trasero, dos delante, uno por rueda; y otros cuatro detrás, dos por rueda. Estos motores estarán alimentados por una batería de litio y óxido de manganeso con un voltaje de 720 voltios. Con esta tecnología, Techrules promete un deportivo eléctrico capaz de alcanzar los 350 km/h, y acelerar de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos. Pero, ¿cómo consiguen que su autonomía llegue a 2.000 kilómetros?
El truco está en utilizar un combustible a modo de almacenamiento energético, aunque sus motores eléctricos sigan siendo los principales responsables de generar movimiento en el coche. Sus baterías de litio y óxido de manganeso solo son capaces de proporcionar un almacenamiento energético para 20 kWh, con menor capacidad que las de 30 kWh empleadas por el Nissan Leaf recientemente actualizado.
Es por eso que Techrules ha pensado en un sistema de extensión de auotonomía basado en turbinas, capaces de suministrar energía para el equipamiento de a bordo y recargar las baterías, para lo cual utilizaría – una nueva sorpresa – el mismo queroseno que actualmente utiliza la aviación.
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Esta locura se ha presentado en el Salón de Ginebra bajo dos diseños, denominados AT96 y GT96. La gran ventaja de la turbina estaría en que ha sido diseñada para funcionar con queroseno, pero también diésel y gasolina. La idea es lograr que este eléctrico de autonomía, que va un paso más allá de un híbrido enchufable tradicional, pueda gozar en ciertas condiciones de una autonomía muy elevada, superior incluso a la de un turismo diésel convencional si aprovechamos su depósito de 80 litros.
Gracias a su construcción en fibra de carbono,