La eterna duda. ¿Me compro un coche diésel o gasolina? Hace poco una amiga de mi madre me llamó por teléfono, su hija iba a comprarse un coche nuevo y no sabía si adquirirlo con motor diésel o gasolina. Es una pregunta que muchos compradores de un coche se hacen antes de tomar una decisión de compra. Para ayudarte a que te decidas, te proponemos cinco preguntas que te debes hacer a tí mismo antes de elegir motorización. Te ayudarán a decidirte y ver más allá del típico mito de cuñado: “diésel, porque gasta menos”.
1) ¿Cuál va a ser el uso del coche?
A igualdad de potencia, diésel siempre gastará menos combustible, pero no leer más allá sería un grave error.
Es una de las preguntas más importantes. Si el uso del coche va a ser fundamentalmente extraurbano – ya sea en carreteras secundarias, autopista o rondas – el diésel es una buena opción, ya que su consumo de combustible es especialmente contenido en estas circunstancias. En carretera tampoco haremos sufrir a los sistemas anticontaminación de nuestro coche moderno (ver artículo sobre cuidados del filtro de partículas), con un funcionamiento optimizado a temperatura de servicio y régimen constante.
Si el uso del coche va a ser fundamentalmente urbano, un motor de gasolina es una opción mucho más recomendable. Los trayectos urbanos son por definición más cortos, con abundantes arranques, paradas y atascos. Si no se llega a alcanzar la temperatura óptima de servicio, el motor diésel sufre y se acorta en exceso la vida de sus sistemas de control de emisiones, sin ir más lejos. También pueden obstruirse de forma prematura los filtros de partículas. De forma muy simplificada: diésel para carretera, gasolina para ciudad.
Si el uso del coche va a ser fundamentalmente urbano, un motor de gasolina es recomendable.