Uno de los protagonistas indiscutibles de este Salón de Ginebra ha sido el espectacular Aston Martin DB11. Un reemplazo para el ya veterano DB9, cuyas raíces datan de hace más de una década. Una necesaria renovación también técnica, ya que ha estrenado un nuevo 5.2 V12 con dos turbocompresores y 608 CV, además de electrónica y sistemas de a bordo diseñados con la ayuda de Daimler. En Ginebra también se ha presentado el Kahn Vengeance, un Aston Martin DB9 que aún tiene un par de cosas que decirle al novato.
El diseño de sus llantas se ha inspirado en las ruletas de los casinos. Tal y como lo oyes.
Este preparador británico tipo “boutique” – aunque sea de origen iraní – tiene bastante gusto a la hora de preparar vehículos de lujo. Aunque son muy famosas sus obras con los Land Rover Defender o Rolls-Royce, tampoco le hace ascos a los Aston Martin. El Kahn Vengeance es una completa transformación estética del Aston Martin DB9. Es más agresivo, más dramático, pero no pierde la elegancia natural de sus líneas. No resulta macarra, ni hortera, lo cual es sorprendente en el mundo del tuning convencional hoy en día.
Los cambios más importantes se centran en la calandra, reemplazada por barras verticales plateadas. El paragolpes tiene nuevas entradas de aire y sobre el capó han situado dos branquias plateadas. Dentro de lo que cabe, incluso discreto. En la parte trasera del coche sí hay cambios de importancia: las ópticas son redondas – al estilo Alfa Romeo – los pasos de rueda se han ensanchados y el pilar C es más ancho. Estamos hablando ya de una transformación en toda regla, más digna de un carrocero que de un preparador.
La forma en la que ha rediseñado las colas de escape me parece simplemente espectacular.