Cuando en 1984 la primera generación del Renault Espace vio la luz, comenzó toda una revolución. Habían llegado los monovolumenes, un segmento que tuvo gran éxito en diversos segmentos hasta hace algunos años. Los SUV han hecho mucho daño a los monovolúmenes, especialmente los más grandes. Por ese motivo en nuestra prueba del Renault Espace 1.6 dCi 160 CV EDC Initiale París nos hemos encontrado con un coche muy diferente al concepto inicial del Renault Espace.
La quinta generación del Renault Espace ha llegado a poner orden. La cuarta generación del monovolumen 7 plazas permaneció más de 10 años en el mercado, con los últimos años arrastrándose con bajas ventas. Renault pensó que no podía prescindir de uno de sus modelos más icónico, pero al mismo tiempo, era consciente de que no podía ofrecer lo mismo. Por eso los diseñadores e ingenieros se pusieron a trabajar en esta nueva generación del Renault Espace, un modelo que consigue reinventarse a sí mismo.
Más crossover, menos monovolumen
Con esta quinta generación del Renault Espace queda claro que los franceses han querido alejarse del concepto monovolumen y apostar más por fusionarlo con un crossover en una receta que parece haber sido un acierto. Esto hace que en los tiempos actuales el Renault Espace pueda ser más atractivo que nunca en el plano estético, aunque en el aspecto práctico, no es el mejor Espace que Renault haya construido.
La carrocería de este monovolumen es muy llamativa, ya que sus dimensiones de 4,86 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,68 le aportan una apariencia robusta, de coche muy ancho, largo y bajo. Esto unido a un nuevo diseño fluido y más personal que nunca hacen que incluso se vea ciertamente futurista. La verdad es que los franceses han sabido trabajar muy bien el diseño de esta nueva generación