El mundo se divide en dos tipos de conductores, los que tensan el freno de mano pulsando el botón de desbloqueo, y los que lo tensan dejando que suene ese característico crack de carraca. La razón por la cual los primeros pulsan el botón de desbloqueo, el mismo que nos sirve para retirar el freno de estacionamiento y reanudar la marcha, pasa por evitar un sonido desagradable, y a menudo la creencia de que así están protegiendo el freno de estacionamiento de averías. ¿Pero de verdad estamos dañando nuestro freno de estacionamiento si tiramos de la palanca sin pulsar el botón?
El freno de estacionamiento cuenta con un sistema que tensa los frenos, y los bloquea en esa posición gracias a una carraca, un disco dentado y un diente que permiten el movimiento del disco y la palanca en un sentido, y bloquean en el contrario, como una llave de carraca.
¿Por qué se escucha ese crujido cuando tensamos el freno de mano? La razón no es otra que la naturaleza del mecanismo que emplea un freno de mano o estacionamiento. Bajo la palanca nos encontramos con una carraca, un disco dentado y un diente que encaja perfectamente en sus muescas para retenerlo. La misión de una carraca es sencilla, permitir el movimiento del disco dentado en un único sentido, y retener en el contrario, salvo que pulsemos el botón de desbloqueo, que repliega el diente y nos permite desplazar la palanca, y por ende el disco, en ambos sentidos.
Eso quiere decir que, pulsando y sin pulsar el botón, la palanca puede desplazarse en un sentido, para tensar el freno de estacionamiento. Para destensarlo, por contra, solo podremos realizar la maniobra pulsando el botón, soltando el diente de la carraca. El mecanismo es exactamente el mismo que el utilizado por una llave