Ayrton Senna da Silva es uno de los pilotos más grandes de la Fórmula 1, una leyenda que aun a día de hoy sigue viva a pesar de haber perdido la vida tal día como hoy, 1 de mayo, hace ya 22 años, en 1994 en aquel circuito de Imola durante la disputa del GP de San Marino. Desde entonces no había habido ninguna muerte dentro de las carreras de F1 hasta que en 2014 la tragedia se volvió a repetir 20 años después con Jules Bianchi en Suzuka (GP de Japón).
Senna nació en Säo Paulo en 1960 y pasó por equipos de F1 tan importantes como Toleman, Lotus, McLaren y Williams, donde perdería su vida a los 34 años de edad en aquél fatídico accidente donde el gurú Adrian Newey, entonces ingeniero del equipo de Grove, se lamentaría enormemente por lo ocurrido y revisaría el diseño para ver si había tenido algo que ver en el accidente, haciendo que el coche saliese despedido en la curva Tamburello, aunque se determinó que fue producido por la rotura de la dirección. No solo los miembros de su equipo quedaron consternados, toda la F1 y la afición quedó conmovida por lo sucedido.
A día de hoy, a mí aun se me siguen poniendo los pelos de punta al ver escenas de aquella carrera del Magic Senna, O rei, o El rey del Principado como se le conocía a esta leyenda por su conducción en cualquier circuito, pero especialmente por sus actuaciones en el GP de Mónaco. No fue el que más mundiales ganó, pero sí será recordado como uno de los más grandes, ya que “solo” pudo conseguir 3 campeonatos del mundo de F1, pero a veces no importa el número de ellos sino cómo hayan sido conseguidos…
Durante su estancia en la F1,