Con más de 50 años a sus espaldas el Porsche 911 es uno de los deportivos más prestigiosos y deseados del mercado, pero la última actualización del modelo (991.2) ha traído consigo, además de mejores prestaciones y un menor consumo en toda la gama, cierta controversia por la adopción de motores turboalimentados en todas las versiones básicas. Los puristas están que trinan.
A finales de 2015 ya nos pusimos al volante del renovado nueveonce en Tenerife, pero aún no habíamos tenido oportunidad de pasar más tiempo con él. Durante los últimos días hemos puesto a prueba un Porsche 911 Carrera 4S del que nos ha costado desprendernos. Sigue siendo toda una referencia. ¿Tienen los puristas razones para estar molestos con el downsizing? Vamos a verlo.
Como en todo, los avances tecnológicos tienen sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas, pero en muchas ocasiones lo positivo gana sobre aquello que no nos hace tanta gracia. Esto es precisamente lo que ocurre en el nueveonce 991.2, que gana mucho y pierde más bien poco, al recurrir a motores más pequeños -de menor cilindrada- y sobrealimentados por turbo.
Apenas hay cambios estéticos en el modelo, pero los escondidos bajo la carrocería son de gran importancia. Los nuevos motores 3.0 biturbo brindan grandes ventajas (consumo, potencia, etc…), a pesar de que pierden algo de esencia por el camino con respecto a los anteriores, tanto por sonoridad como por tacto del acelerador. También hay quien todavía echa de menos la melodía de los 911 refrigerados por aire, pero es que los tiempos cambian, muy a nuestro pesar.
Un 911 es un 911
No hace falta más que un vistazo para darse cuenta de que el 991.2 es la evolución de un mito. Te puede gustar o no, pero su genuina silueta, particular trasera y característica mirada (con faros