El segmento C es uno de los más disputados actualmente. Con un buen número de vehículos atractivos en el mercado, a los fabricantes no les queda otra que renovarse para destacar. Así llegó el Peugeot 308 1.6 BlueHDI 120 CV que hoy tenemos entre manos. El paso de 307 a 308 fue un punto de inflexión, pero también habrá un gran salto entre la primera y segunda generación del segundo modelo.
Este modelo llegaba al mercado a finales de 2013 con una nueva imagen que llamaba la atención de muchos. Su estética dinámica y más juvenil se alejaba de los cánones que había seguido la marca francesa en los años anteriores. Los resultados no se hicieron esperar y cosechó un importante éxito en ventas, plantando cara a otros modelos de la talla del Volkswagen Golf o el Opel Astra.
Diseño desenfadado
Míralo bien. El Peugeot 308 es diferente y no trata de ocultarlo. No hay que olvidar que proviene de París y la ciudad francesa siempre se ha caracterizado por su moda. Tiene unas dimensiones compactas, con una longitud de 4,25 metros, un ancho de 1,84 metros (sin contar los espejos) y una altura de 1,46 metros. La distancia entre ejes es de 2,62 metros, siendo en conjunto algo más pequeño que su predecesor.
Este tamaño reducido se incrementa viendo su aspecto. El Peugeot 308 parece haberse quitado unos cuantos años de encima y no le sienta nada mal. Mucho más dinámico y unas líneas que fluyen tomando como punto de partida la parrilla delantera con las lamas cromadas en nuestra unidad con acabado Allure. Los faros LED, también incluido en éste, aportan la mirada felina al conjunto, tienen integradas las luces diurnas, mientras que las antinieblas están en la parte inferior del parachoques.
Las llantas de 17 pulgadas darán el carácter y los detalles cromados