Llega la temporada estival, esa época en la que solemos descansar y desconectar de la rutina diaria durante varios días. Y lo más normal es salir de viaje, la mayoría en coche y con destino a zonas turísticas, pero este año no estás dispuesto a pegarte de nuevo con el equipaje acoplándolo de cualquier manera, este año has decidido comprar un cofre de techo.
Sabes que no es la única solución para ampliar la capacidad de carga de tu coche, pero sí la que más te interesa. Claro, que has estado echando un vistazo en una tienda de recambios o por internet y has visto que hay diferentes opciones. Te asaltan mil dudas sobre qué tipo de cofre comprar y aquí estamos nosotros para intentar aclararte y no liarte más.
Básicamente hay dos tipos de cofre de techo, los rígidos y los textiles, pero dentro de esta diferenciación encontramos cofres más baratos, otros más caros, más grandes, más pequeños, alargados, cuadrados, con apertura lateral o trasera, plegables, etc. Parece que no, pero hay una oferta variada y es importante elegir el que más se adapte a tus necesidades.
Primero lo primero, las barras de techo
Antes de nada hay que dejar una cosa clara: necesitas barras de techo trasversales para poder instalar el cofre de techo. Sí, es cierto, has visto por ahí una especie de flotadores con forma de salchicha que sustituyen a las antiestéticas barras portaequipajes, pero generalmente están pensadas para cargas muy ligeras. Es más, arañan el techo y pueden llegar a dañarlo al igual que las gomas de puerta.
Hay algún cofre que se anuncia con este tipo de portaequipajes hinchable, pero no es muy recomendable. Mucho mejor unas barras portaequipajes, preferiblemente bien firmes, con buenos anclajes al techo y, ni que decir tiene, deben estar correctamente instaladas. Ojo, no confundamos