Ayer conocimos los datos oficiales del Clase E Estate durante la Mercedes Cup de Stuttgart, en la presentación mundial de un familiar que se renueva siguiendo los pasos del Mercedes-Benz Clase E. Visto al natural, el Estate impresiona por las posibilidades que ofrece su enorme espacio de carga, y también por su relativa compacidad, dadas las circunstancias.
Parece largo y espacioso, y lo es. El Mercedes-Benz Clase E Estate llega para recordar a los SUV que una berlina familiar puede ofrecer unas cualidades que el segmento más exitoso de los últimos tiempos quizá no pueda alcanzar. Por ejemplo, un volumen de carga máximo cifrado en 1.820 litros, apoyado en unos asientos modulares que permiten distribuir mejor el espacio disponible. Esto, sumado a la dinámica propia de una berlina.
El frontal no cambia en nada respecto al Mercedes-Benz Clase E. Es a partir del pilar B que arranca el diseño específico de la versión familiar, caracterizado por una caída de techo mínima, acentuada visualmente con el juego cromático de las custodias traseras y con la anchura del pilar D.
Espacio y modularidad para la familia
Esta sexta generación se presenta con un novedad para el modelo, aunque ya sea algo visto en otros fabricantes: la llamada posición de carga para los asientos traseros. En esta posición el respaldo se coloca 10 grados más vertical, de manera que se ganan 30 litros de volumen en el maletero, sin prescindir de las plazas traseras. Además, los asientos traseros quedan divididos en tres (40/20/40), y se abaten de forma eléctrica.
En el diseño del maletero se ha puesto especial cuidado en el aprovechamiento del espacio. De un lado, la superficie que se consigue abatiendo respaldos es razonablemente plana, lo que favorece al uso de este espacio de carga. Por el otro, la anchura mínima a la altura