En el año 2007 Audi se metió en el siempre complicado segmento de los superdeportivos con el lanzamiento del Audi R8, un coche que en muy poco tiempo se ganó el respeto de todos los fabricantes, gracias a sus buenas cualidades dinámicas y a un diseño que en su momento rompió con todo lo establecido. 27.000 unidades vendidas en todo el mundo son el mejor aval de su éxito.
Aquel primer Audi R8 contaba con un motor 4.2 V8 atmosférico de 420 caballos de potencia, pero su parte ciclo era tan buena que saltaba a la vista que podría albergar un motor mucho más potente. Los de Ingolstadt no tardaron en llamar a Lamborghini y pedirles el 5.2 V10 del Gallardo, un motor que hizo adulto al R8 de primera generación. Ese bloque es el mismo que monta el nuevo modelo que, en esta versión V10 Plus, desarrolla 610 caballos de potencia. Un motor que parece traído del pasado ahora que todos optan por la turboalimentación y downsizing. ¿Te montas con nosotros en el Audi más potente y rápido jamás fabricado?
El primer Audi R8 fue rompedor por un diseño que poco tenía que ver con los modelos superdeportivos que había en el mercado hace ya casi una década. Era un coche innovador en todos los sentidos, tanto en el estético porque tenía aspecto de nave espacial, como por la forma en que estaba construido. El nuevo R8 vuelve a ser sorprendente en cuanto a sus líneas, y eso que a nivel de diseño y arquitectura tiene muchas similitudes con su antecesor.
Estéticamente el Audi R8 V10 Plus de la prueba impresiona lo mires por dónde lo mires. Es extremadamente bajo, y gracias a la combinación de detalles verticales y horizontales, el coche tiene una presencia muy robusta sobre el asfalto.