Las variantes más deportivas de los modelos Audi A4 y Audi A5, los conocidos como Audi S4 y Audi S5, han sido presentadas con un motor 3.0 V6 TFSI completamente nuevo que entierra para siempre al anterior 3.0 V6 TFSI. Pero si comparten denominación, cómo es que hablamos de una completa revolución. Este nuevo motor 3.0 V6 TFSI firmado por Audi es mucho más que un nuevo motor, supone el abandono del compresor volumétrico en favor del turbocompresor, además de un importante cambio de rumbo en el Grupo Volkswagen. Descubramos el porqué.
1 – Para mejorar la eficiencia de los V6 TFSI
A la hora de reducir consumos y emisiones, el compresor siempre ofrece un hándicap que el turbocompresor no tiene
El anterior 3.0 V6 TFSI fue un diseño de propulsor 100% Audi. Fue un motor desarrollado por Audi para su uso en diferentes esquemas de propulsión, tanto en Audi, como en Volkswagen y Porsche. La elección de un sistema por compresor en aquel momento fue defendida como la solución más conveniente para sobrealimentar un motor gasolina que necesitaba un funcionamiento progresivo y menor complejidad técnica que un turbocompresor. Hemos de tener en cuenta que este motor 3.0 V6 TFSI fue usado tanto por modelos como el anterior Audi S4 con 333 CV, como por un Porsche Cayenne S E-Hybrid. Su virtud no era otra que la de ser un motor comodín capaz de adaptarse a todo tipo de usos.
Pero si el uso de compresores tiene un problema, ese es el mayor consumo que ofrece frente a un motor turboalimentado. El principio de funcionamiento de los compresores volumétricos no es otro que alimentarse del giro del cigüeñal, restando energía a éste y viéndose condicionado por su giro. Con el endurecimiento de las leyes anticontaminación, la reducción de emisiones que ofrecen los turbocompresores es