A Elon Musk le encanta el cine de acción, de hecho es un apasionado de las películas de James Bond. Tanto es así que en 2013 el multimillonario se compró el Lotus Esprit sumergible que aparecía en ‘La espía que me amó’ por más de medio millón de euros. Y no quedó ahí la cosa, porque entre todos los «huevos de pascua» ocultos dentro de la pantalla del Tesla Model S podemos ver el mismo coche anfibio.

Esa pasión por los coches de las películas está bien, es hasta graciosa, pero afirmar rotundamente que el Model S puede flotar y llegarse a utilizar como un barco puntualmente después de ver un vídeo de uno de estos Tesla saliendo de un túnel inundado en Azerbayán es un tanto aventurado.

Es cierto que la ausencia de un motor térmico, que no necesita una admisión constante de aire para funcionar, puede beneficiar al Model S si las cosas se ponen un poco complicadas con algo más de medio metro de agua, pero las más de dos toneladas no opinan lo mismo sobre la flotabilidad.

Si nos ceñimos al vídeo, la profundidad del agua no llega a superar la altura de una rueda (ni la del Toyota Yaris, ni la del camión parado a la salida, ni mucho menos al metro de altura que apuntan en Ars Technica), pero además podemos ver a la derecha una persona de pie en el agua a quien el nivel le debe llegar por la rodilla. Por lo tanto, las ruedas nunca pierden contacto con el asfalto y el Model S puede seguir impulsándose de manera convencional.

We *def* don’t recommended this, but Model S floats well enough to turn it into a boat for short periods of time. Thrust via wheel rotation.— Elon Musk (@elonmusk) 19 de junio de 2016

En algunos

http://www.motorpasion.com/

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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.

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