La historia del automóvil la han escrito ingenieros, pero sobre todo intrépidos aventureros, que como André Citroën se propusieron hazañas como la conseguida por el que fuera fundador de Citroën, cruzar el desierto del Sahara en un vehículo en 1922. Como podréis imaginar, aquella aventura no solo pondría a prueba la capacidad técnica de André Citroën y los suyos para crear una máquina capaz de lidiar con la complejidad de un terreno tan exigente como un desierto, sino que también entrañaría grandes riesgos para los participantes en aquella expedición. ¿Y cómo piensa revivir Citroën este mito, el del Scarabée d’Or que cruzó el Sahara en 1922?
Cruzar el Sahara en un vehículo hace prácticamente un siglo suponía un gran reto técnico, y aún más humano, por lo complicado de aquella tarea en un tiempo en que los recursos tecnológicos eran muy limitados.
El Scarabée d’Or, o Escarabajo de Oro en castellano, es el nombre que recibió una preparación de un Citroën B2 modelo K1 dotada de cadenas, que era tan espectacular como se aprecia en estas imágenes. Ese fue el vehículo con el que André Citroën, George-Marie Haardt y Louis Audouin-Dubreuil se propusieron cruzar el Sahara a finales de 1922.
La primera expedición arrancaría el 17 de diciembre de 1922, con una caravana de tres vehículos, que les llevaría a recorrer nada más y nada menos que 3.200 kilómetros en las condiciones más complicadas a las que jamás se hubiera enfrentado un automóvil hasta la época y en un trayecto de 21 días. 3.200 kilómetros sin señalización y, obviamente, sin la ayuda de los sistemas de localización y orientación modernos.
Ver la galería completa en Diariomotor
Convirtió su Citroën 2CV accidentado en una moto para sobrevivir al implacable Sahara
Para revivir esta historia Citroën se ha propuesto una bonita aventura. El Museo Citroën aún conserva uno