Renovarse o morir. Por manido que sea este cliché, esa es la mejor definición que podríamos dar del Citroën C3 que veremos en los concesionarios en 2017. Y es que estamos ante el mejor ejemplo de cómo Citroën pretende afrontar los retos del futuro y, sobre todo, marcar distancias con su hermana Peugeot, de manera que haya sitio para ambas en una industria con cada vez más competidores. Y así es como pretenden los franceses que este Citroën C3 se diferencie del Peugeot 208, y de todos sus rivales. Y lo que es aún más importante, que este Citroën C3 herede lo mejor del Citroën C4 Cactus, con un toque moderno y exclusivo, pero a la vez asequible. Así se ha convertido, en 7 claves, en un Citroën C4 Cactus.
1. La estética del Citroën C3.
¡Sorpresa! ¡El nuevo Citroën C3 es un Citroën C4 Cactus en miniatura!
Presta atención a sus rasgos. Si lo miramos con detenimiento, y como ya decíamos esta mañana, este Citroën C3 se presenta como una versión miniaturizada del Citroën C4 Cactus. Lo apreciamos en su silueta redondeada, en su generoso capó, en su parrilla frontal, en sus faros, en el diseño de las defensas, e incluso en los característicos Airbump laterales. Los Airbumps, recordemos, son una especie de cámaras de aire que han sido situados estratégicamente en las puertas para prevenir roces fortuitos, como el choque de un carrito de la compra.
Otro detalle sumamente interesante lo encontramos en el diseño de su línea acristalada lateral, con un pilar delantero negro para fundirse con esta y conferir a su techo, que se podrá decorar en tonos diferentes de la carrocería, el aspecto de una visera.
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2. La personalización del Citroën C3 jugará un papel fundamental.
Ya os decíamos que el Citroën C3 apuesta por la