Aunque rara vez se utilice con la utilidad para la cual fue concebida, la bocina es un elemento de seguridad imprescindible en un coche. Sí, es probable que solo la escuchemos junto con una ventanilla que baja, y un montón de improperios, o en las celebraciones del título conseguido por un equipo de fútbol, pero advertir de un peligro a otros conductores mediante señales sonoras puede ser la diferencia entre una anécdota y un accidente. Tal vez por eso Google se esté preocupando ya de la lógica de funcionamiento de la bocina de su coche autónomo. Y mucho ojo porque, aunque te sorprenda, no está siendo nada sencillo.
Google reconoce 272 fallos graves en las pruebas de su coche autónomo (pero extrae una conclusión positiva de ellos)
Google nos recuerda un ensayo de Eugene Garfield en el que hablaba en 1983 de “La Tiranía de la Bocina”. Probablemente un mundo sin bocinas sería mucho mejor. Mientras escribo estas líneas he tenido que levantarme de mi puesto de trabajo para cerrar la ventana, porque abajo hay un coche aparcado en doble fila y el conductor que ha acudido a recuperar su coche bloqueado no para de pitar. Pero la pregunta que hemos de hacernos es la siguiente, ¿sería más seguro un mundo sin bocinas? ¿cuándo fue la última vez que evitaste un accidente accionando la bocina?
Google piensa que la bocina, en efecto, es necesaria, incluso en un coche que está diseñado para percibir todo lo que suceda en la carretera, con un grado de atención, y sin despistes, imposible de alcanzar por nosotros imperfectos humanos. Pero Google quiere que su coche autónomo sea cortés, considerado, y solo pite para mejorar la seguridad.
La bicicleta que logró que Google Car enloqueciera
He aquí el gran problema para la inteligencia artificial del coche autónomo de Google. La