Hace unas semanas escribí un especial de dos partes en el que os hablaba de lo especial que es para mí el McLaren F1. Y aunque una parte de mí lo pone por encima de sus rivales, los datos objetivos hablan por sí mismos. Nunca ha habido un superdeportivo de tirada limitada en el que se haya puesto tanta atención al detalle. McLaren publicó esta semana su nota de prensa original al completo. Cuajada de detalles, de matices a saborear, como si de un buen vino se tratara. Uno de los aspectos más impresionantes del coche fue su equipo de audio.
Sólo Kenwood pudo asumir el enorme reto técnico planteado por McLaren en lo tocante a packaging y peso del equipo de sonido.
El Ferrari F40 prescindía del equipo de audio para ahorrar peso, el McLaren F1 no prescindió de ninguna comodidad, simplemente las refinó y estilizó al extremo. Cuando McLaren estaba desarrollando el F1, se reunió con ocho proveedores de equipos de sonido para el superdeportivo. Cinco de ellos abandonaron cuando McLaren exigió reducir a la mitad el peso del sistema en su conjunto. Finalmente, sólo Kenwood siguió adelante, con un proyecto que les daría prestigio internacional, a pesar de que probablemente perderían dinero.
El número de botones del equipo de sonido fue reducido de la propuesta inicial de 30 a sólamente 5. El coche no disponía de radio, sólamente leía CDs, almacenados en un cargador de 10 discos ubicado bajo el capó delantero del coche, junto a los depósitos de fluido hidráulico, líquido de frenos, etc. El cargador de discos KDC C600 era capaz de soportar aceleraciones laterales de hasta 1,5 G. El sonido era canalizado a través de un amplificador ultraligero KAC 622 y cinco altavoces, de forma verdaderamente estereofónica.
Una simple anécdota que nos da idea de la