Ya está aquí el último antojo de Bernie Ecclestone. Casi sin tiempo para asimilar lo ocurrido en Canadá los equipos y pilotos comienzan a llegar a Azerbaiyán donde este fin de semana se celebra el Gran Premio de Europa de F1. Bakú se une así al exclusivo grupo de ciudades que acogen una carrera de Fórmula 1 con un circuito urbano que recorre las calles históricas de una urbe que ha crecido mucho en los últimos años gracias a sus exportaciones de petróleo.
Diseñado por el ingeniero que ha trazado la mayor parte de los circuitos inaugurados en la última década, Hermann Tilke, se espera que los Fórmula 1 alcancen los 340 km/h y que superen la barrera psicológica de los 300 km/h hasta en tres ocasiones. A pesar de que desde la organización del campeonato y del evento en cuestión se han empeñado en mostrar la mejor cara del Gran Premio, lo cierto es que hay aún a día de hoy varios frentes abiertos.
Desde que se anunciase la presencia de Azerbaiyán en el calendario de Fórmula 1 las polémicas que han rodeado al evento han sido varias y de diverso origen. Desde un principio las asociaciones proderechos humanos instaron a la Formula One Management (FOM) a cancelar el evento, pues acusan al presidente del país Ilham Aliyev de reprimir a los disidentes y a los partidos de la oposición.
De hecho, desde la asociación Deporte a Favor de los Derechos Humanos, han animado a Enrique Iglesias, Pharrel William y Chris Brown, que actúan como extra durante el Gran Premio, a que no suban a los escenarios en señal de protesta. A dos días de que los coches salten a la pista nada parece indicar a que éstas acusaciones vayan a tener algún tipo de consecuencia.
El otro gran