Estamos a algo más de una semana de la edición centenaria de la Subida a Pikes Peak y ante este momento histórico no nos hemos podido resistir a recordar uno de los grandes momentos que han hecho de esta carrera una de las más especiales de la historia del automovilismo a pesar de que su seguimiento año tras años es posiblemente uno de los más caóticos e infructuosos entre todas las grandes pruebas internacionales. Hoy recordamos el famoso Climb Dance de Ari Vatanen… ¿Pero y si os dijéramos que hubo truco?
Este pequeño vídeo de apenas cinco minutos dirigido por Jean-Louis Mourey y presentado en 1990 es una de esas joyas atemporales que todo gran aficionado debe ver al menos una vez al año, más aún después de que Peugeot decidiera mandar a remasterizar el cortometraje original y lo adaptara a los tiempos modernos y a la bendita High Definition. En él podemos ver al Peugeot 405 T16 PPIHC afrontar las 156 curvas del recorrido hasta coronar la cima, a 1.439 metros de altitud, después de lanzarse por los casi 20 kilómetros de pistas de tierra y de asfalto a una media de 120 km/h.
La creencia general es que este pequeño vídeo ‘narra’ de forma visual la participación y victoria de Ari Vatanen en la edición de 1988, año en el que el finlandés conseguiría completar la subida en un tiempo de 10 minutos y 47,22 segundos, superando el tiempo marcado por su antiguo rival en el Mundial de Rallyes, Walter Röhrl, que un año antes conseguía al volante del Audi Quattro S1 bajar al 10:47.85. No fue así.
Recordemos que la firma del león compitió entre 1987-89 con sus coches derivados de los Grupo B, primero con el 205 T16 y finalmente en dos ediciones con el Peugeot 405 T16 derivado