O más bien debería decir distracciones al timón. El jueves de la semana pasada un buque de carga de 44.000 toneladas encalló en las costas de Mauricio tras un tiempo a merced de las corrientes. No hubo problemas mecánicos, y ninguna misteriosa enfermedad acabó con los tripulantes del carguero – eso sólo ocurre en las películas de Hollywood. No, simplemente hubo una grave distracción al volante. Concretamente una pelea multitudinaria entre la tripulación en la sala de máquinas.
Las distracciones al volante son una de las principales causas de accidente, al menos en vehículos de cuatro ruedas.
El MV Benita – de 185 metros de eslora, en absoluto pequeño – es el carguero con bandera de Liberia encallado en las costas de Mauricio. Navegaba desde la India hasta Durban, en Sudáfrica. El Jefe de Máquinas inició una monumental bronca por motivos desconocidos, de alguna manera implicando al resto de la tripulación. Si el barco acabó encallado en unas rocas dudo que hubiese alguien al timón. Lo ignoro, pero quizá el Jefe de Máquinas bloqueó los controles del barco precipitándolo contra las rocas.
La Guardia Costera de Mauricio acudió casi de inmediato al lugar del accidente y arrestó al Jefe de Máquinas, que se había encerrado en la sala de máquinas tras la pelea. Un ingeniero tuvo que ser evacuado en helicóptero a un hospital. Algo me dice que la escena fue digna de una película de Quentin Tarantino. Mientras tanto, el barco está vertiendo al mar toneladas de fuel-oil, y no hay plan alguno viable para su rescate. Lo dicho, al volante cero distracciones, aunque lo que tengas entre manos sea un enorme barco.
Fuente: Jalopnik
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