Mercedes-Benz ha anunciado un proyecto realmente ambicioso, el de completar la electrificación de toda su gama de productos, con híbridos, híbridos enchufables, eléctricos, e incluso soluciones híbridas para aquellos vehículos que no estarán dotados de sistemas híbridos al uso. ¿Qué significa eso? Significa que incluso en vehículos que no se comercializarán como híbridos y en los que su movilidad dependerá únicamente del motor térmico, habrá motores eléctricos de apoyo que aportarán un extra de eficiencia. El problema está en que según aumentan las necesidades de los componentes eléctricos entran en juego nuevos requisitos en la instalación eléctrica del vehículo. La solución, apostar por instalaciones de 48 voltios como las que empleará dentro de poco Mercedes-Benz, y como las que ya ha estrenado Audi en la versión más potente y deportiva del Audi Q7, el Audi SQ7 TDI.
¿Por qué Mercedes-Benz apostará por una instalación de 48 voltios?
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En las instalaciones de 48 voltios a priori todo son ventajas. Hablamos de un voltaje cuatro veces superior a los 12 voltios que se emplean actualmente, y que hasta ahora eran suficientes para suministrar a los componentes eléctricos de a bordo.
Con instalaciones de 48 voltios sería posible el suministro de componentes que demandan más energía y también recurrir a instalaciones con menor sección de cableado para soportar una misma potencia energética. Gracias a ello también se podría ahorrar peso, porque hay que tener en cuenta que el cableado que exige un automóvil moderno supone un peso nada desdeñable.
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Lo interesante del asunto está en que estas instalaciones de 48 voltios, que se irán estandarizando en los próximos años, permiten el empleo de sistemas cada vez más sofisticados. El mejor ejemplo lo tenemos en el