Esta tarde ha tenido lugar un nuevo episodio del ya clásico enfrentamiento entre el sector del taxi y el modelo de empresas como Uber o Cabify. Sin embargo, este nuevo episodio ha contado con un protagonista que ha dado un giro argumental inesperado: la formación política Podemos ha enarbolado la bandera del taxi y ha tomado el hashtag #TAXIvsTTIP en Twitter mientras daba su apoyo a los profesionales del sector.
Lo curioso del caso es ver cómo una formación de corte progresista aboga por los intereses de un ramo laboral donde abundan los empresarios y donde en ocasiones se encuentran empleados a destajo, que no duda en ejercer como grupo de presión, calificándolo de sector público y contraponiéndolo a otros grupos de presión, que serían Uber y Cabify. Suena confuso, pero así es.
Apoyamos el sector público del taxi frente a lobbies y multinacionales que no pagan impuestos en España #TAXIvsTTIP pic.twitter.com/J2o7EZSJ0b— PODEMOS (@ahorapodemos) 2 de junio de 2016
Se entiende la parte de las empresas que no pagan impuestos en España, pero no se acaba de entender tanto la parte de lo público que pueda tener un sector privado como es el taxi. Sometido a leyes de servicio público, sí, pero gestionado por empresas privadas. Hablamos de autónomos con un vehículo, y también hablamos de grandes flotas. Y de trabajadores haciendo más horas que un reloj.
Las europarlamentarias de Podemos Tania González y Lola Sánchez han asistido a un acto de protesta convocado hoy en Barcelona, y allí han declarado que, de cundir el ejemplo de Uber, «se puede extender una precarización laboral aún mayor», y que Uber «es un ejemplo de la que traería el Tratado Transatlántico de Libre Comercio a pequeña escala, una liberalización del transporte en la que se podría dar una invasión de multinacionales».
Entre las características que Podemos