Hace tiempo Ian Baker quededarse fascinado por las prestaciones y la calidad de los coches desarrollados para las carreras Time Attack japonesas y competir en el circuito de Tsukuba, en 2008 decidió llevar este formato a su país natal, Australia. Ocho años después esa pequeña competición local se ha convertido en todo un monstruo patrocinado por un gigante; la Yokohama World Time Attack Challenge.
Gracias a un reglamento que otorga total libertad, allí se pueden ver coches tan radicales como este engendro que un día fue un Porsche 968. Después de haber pasado por las manos de PR Technology, un taller especializado en los deportivos alemanes, el resultado es un coche bestial del que queda muy poco de 968 y mucho de coche de carreras: el RP 968.
RP 968, la locura australiana
Rob Pobestek, el dueño del taller, siempre ha sido un fanático especializado en Porsche que un buen día de 2014 después de estar viendo las carreras, decidió que en la edición 2016 del WTAC participarían en la categoría Open. ¿Con qué coche? Pues con un Porsche, por supuesto.
Después de informarse, de mirar con detenimiento coches ganadores de la categoría Open y de interesantes charlas con Sammy Diasinos (ex Caterham, Toyota y Williams de Fórmula 1), quien está metido de lleno en el WTAC, empezó a trabajar en PR Technology para construir un 968 para la categoría Open Class.
La categoría Open tiene un reglamento que se procura asemejar a los coches de fábrica, y como pretendían utilizar un esquema de suspensiones de GT3, al hablar con la organización descubrieron que tenían que cambiar de categoría y meterse en la Pro Class. Rápidamente Rob se dio cuenta de que allí no serían competitivos con la idea que había fraguado en un principio.
Tenían que cambiar por completo el concepto y debían desarrollar un