Disociar a Marcello Gandini de Lamborghini es simplemente imposible. Tras fundar Bertone, fue el encargado de dar su diseño final a los Lamborghini Miura o Countach, sin ir más lejos. El DeTomaso Pantera o el Bugatti EB110 también fueron creaciones del italiano. A finales de los 80, Marcello Gandini había enviado a Lamborghini su propuesta de diseño para el Diablo. Entonces propiedad de Chrysler, el diseño fue en parte desechado por los americanos, que lo consideraron demasiado extremo, rediseñando parte del coche.
A finales de los 80, la burbuja económica existente daba pie a todo tipo de excesos de corte automovilístico.
Frustrado por la situación, Marcello Gandini contactó con su amigo Claudio Zampolli. Este brillante ingeniero automovilístico italiano estaba desarrollando un potente superdeportivo artesanal, y necesitaba alguien que le diseñase una carrocería arrebatadora. Gandini le propuso fabricar el Lamborghini Diablo que Chrysler no le dejó construir, mucho más extremo y atrevido que el producto final – que bajo ningún concepto podría definirse como soso o carente de personalidad, todo sea dicho. El Cizeta Moroder comenzaba a tomar forma.
El Diablo tenía un diseño más racional.
Ver la galería completa en Diariomotor
Para poder producir este superdeportivo artesanal, Claudio Zampolli necesitaba financiación. Se asoció con el mítico productor musical y compositor Giorgio Moroder – entre otras cosas, compuso la banda sonora de Scarface – y obtuvo la financiación necesaria para llevar el proyecto a buen puerto. Cizeta es la pronunciación en italiano de las iniciales de Claudio Zampolli, y Moroder es el apellido del productor musical. V16 hacía referencia a su esquema de motor y T a la disposición de su transmisión, como veremos un poco más adelante. Ahora, viajad conmigo a 1988.
La historia del Cizeta-Moroder V16T
Moroder se desligó de la empresa en 1990, y todos los coches fueron vendidos como “Cizeta V16T”.
Era